
No, no me refiero a que vaya a ganar el peje... Fuí al doctor, y resulta que tengo inflamado un tendón y bastante lastimados los meniscos, por fortuna aún estoy a tiempo de evitar la cirugía, con los debidos cuidados, siguiendo mi rehabilitación y con reposo y medicamentos. El problema de estos medicamentos, es que parte del tratamiento consiste en... INYECCIONES!!! - Sé que no es una generalidad, pero a la mayoría de los hombres (aunque muchos no lo reconozcan) nos aterra la idea de una aguja metálica atravesando nuestra piel (gurús y freaks con piercings no cuentan). Alguna vez lo leí en una encuesta, no recuerdo que número tenía, pero recuerdo que entre las primeras 5 fobias más frecuentes de los hombres, estaban las inyecciones y el dentista. Yo en lo personal, he tenido terribles experiencias con las agujas, así que tengo cierta justificación. Por ejemplo, cuando me mordió un perro con rabia, y tuvieron que ponerme 14 inyecciones en la espalda, una diaria (como había enfermeras entrenándose conmigo, en realidad fueron más de 20). También fue traumático el episodio de mi clavícula fracturada, hombro luxado, ligamentos destrozados, en esa ocasión tuve un tratamiento dolorosísimo con una méndiga jeringa como de veterinario, ¿has visto las que usan para las vacas? - De esas!!!
Hace poco tuve una contractura muscular en la espalda baja, consecuencia de lesiones anteriores (era yo muy deportista), también tuvieron que inyectarme, y eran sustancias de esas como aceitosas, espesas... llego al hospital casi a rastras, y me pasan con una enfermera de esas de caricatura, enorme, gorda, prieta... daba miedo! - Yo todo asustado, le comento mi fobia por las inyecciones, y con mi mejor sonrisa y todo mi encanto le pido que sea amable, que no me haga sufrir... creo que eso fue un error... la vieja maldita voltea y veo como se dibuja en su rostro una mueca maligna, y dice "uy, y estas duelen muchísimo además". Me quedé con los ojos super abiertos y pensando "vieja maldita sádica..." - Total que me aguanto como los meros hombres (dicen), me bajo los pantaloncitos, le dejo descubierta mi tersa nalga y siento el piquete... y lo más doloroso, empiezo a sentir como fluye el líquido, pero de repente duele muchísimo y entendí que había presionado el émbolo de la jeringa con toda fuerza... me la puso como si estuviera inflando globos o algo así... poco faltó para que se me saliera una lágrima del dolor, y dice "se la puse rápido, porque ¿para qué le prolongo la agonía?"... Méndiga vieja... A ver como me va hoy. De una vez voy al hospital a ver si esta vez consigo una enfermera guapa, sexy y cariñosa. Ajá. Como no. Bueno, solito tengo que darme ánimos y hacerme a la idea. Saludos.